¿Alguna vez llegaste a comprar algo que superó tus expectativas?  Estoy segura que esa experiencia fue única y lo recordarás por siempre. A mi me gusta platicar sobre lo que yo he vivido con “Liverpool” y que siempre bromeo diciendo que es parte de mi vida, como es parte de mis quincenas. Aquí te cuento una breve reseña de cómo sucedió esto que fue tan memorable y que hoy a mis 34 años sigo contando porque la marca superó mis expectativas.

Nunca olvidaré ese día en la universidad cuando llegaron a darme un folleto en el cual decía que Liverpool otorgaba tarjetas a estudiantes, recuerdo que me emocioné mucho porque en esa época no tenía tarjetas de crédito y por eso rápido, junto con mis mejores amigas, fui a solicitarla, y para nuestra sorpresa en cuestión de segundos ya la teníamos.

Se abrió una puerta mágica de oportunidades, ¿qué debía comprar? ¿Por cuál departamento iba a empezar? Además, me daban un 10% de descuento en mi primera compra, mi corazón estaba acelerado y recuerdo que sentí que era navidad. Después tuve que empezar a trabajar para poder solventar mis deudas (eso es otra historia que más adelante les contaré), pero aun así el sentimiento me ha acompañado todos estos años, al grado de ya tenerlo como costo fijo mensual, y cuando la mensualidad baja me vuelvo a emocionar porque ya me toca volver a comprar.

Sin duda Liverpool entendió a su nicho de mercado, compradores futuros y potenciales que hoy en día somos fieles a la marca y que destinamos unas palabras en nuestro blog para conmemorarlos.

El consumidor se quiere sentir especial, quiere saber que es importante, y tenemos que superar sus expectativas para lograr crear una experiencia WOW.  Hoy que me dedico al mundo del marketing he entendido el concepto y trato de predicarlo, en alguna ocasión trabaje para una cadena de farmacias, el dueño me preguntó: “¿qué puedo regalarle a mi consumidor?” Y yo le contesté: “consomé de pollo”. El director se rió y me dijo que él no vendía consomé, que mejor pensara en algo que él tuviera, yo intenté convencerlo diciéndole que la idea era innovadora, mientras otras farmacias regalaban consultas médicas, él iba a regalar el sentimiento de “recupérate pronto”. ¿Acaso el consomé no alivia todos los males? Yo recuerdo a mi mamá dándomelo de pequeña y también recuerdo ese detalle de amor y de sentirme consentida. ¿Apoco no te gustaría recibir este detalle? Aquí cierro invitándote a sorprender a tu cliente, no porque vendas manzanas tienes que darle solo la manzana, piensa en cómo es tu consumidor, qué le gusta y cómo puedes hacer que sienta que es especial cuando te visite. En Culiacán existe un restaurante que me gusta mucho: Café Marimba, que tienen una muy distintiva frase: “relájate estás en Marimba”, visítalo cuando tengas oportunidad y pide un pan cariñosito, que está acompañado de un abrazo, después me compartes tu experiencia.

Paola Rodríguez

Dirección General