
Esta nota es nostálgica y tiene algunas anécdotas que nos pueden hacer llorar, pero te quiero compartir como comenzó este gran viaje que hoy en día se ha vuelto mi pasión y mi segunda familia, si eres sensible te recomiendo tener un pañuelo listo, porque te contaré TODO.
En el año 2015 yo ya contaba con una agencia, en aquel entonces tenía otro nombre, mi entonces mejor amiga y yo estábamos comenzado nuestro emprendimiento. Es muy difícil hacer un negocio con otra persona porque a pesar de ser amigos pueden tener diferencias, y ese fue nuestro caso.
En marzo de ese año mi mejor amiga me compartió que ya no quería seguir trabajando en sociedad y que me deseaba lo mejor pero la agencia tenía que llegar a su fin.
Fue un balde de agua fría porque además de perder mi negocio perdí a mi mejor amiga. Hoy le agradezco porque si no hubiera sido así no habría salido de mí área de confort y no estaría donde estoy.
Pero, continuando con la historia, recuerdo que se me cerró el mundo y no sabía qué hacer. Sabía que quería continuar trabajando como agencia pero no sabía qué nombre le iba a poner y mucho menos tenía a un diseñador que me pudiera crear el logotipo porque prácticamente me quede en cero.
Afortunadamente ese año daba clases de profesional y me acerqué a un alumno, Christian, y le pedí que me apoyara ya que seguían llegando clientes y yo tenía que formalizar, entonces empezamos haciendo identidades corporativas, después nos empezaron a caer clientes más grandes y seguí invitando a más alumnos a formar parte de esta nueva aventura. Es ahí donde Damaris y Estefanía iniciaron a trabajar conmigo y desde entonces han estado en Happens, lo cual les agradezco infinitamente porque sin ellas no habría podido formar la agencia que conocen ahora.
Me tocó pasar por todo; desde el cliente que no tiene manera de pagar y te dice que si le ayudas va a crecer contigo, el clientes abusivos y groseros que después de entregar el trabajo te queda debiendo, hasta personas que me estafaron y algunos que dicen que “ellos formaron a Happens”, cuando en realidad solo colaboramos brevemente para un proyecto en específico. Me he enterado de chismes y personas que hablan mal de mí, desde clientes, colaboradores y proveedores, a veces no duermo en las noches pensando en eso, pero como dicen; “al final la verdad siempre sale a relucir” y he entendido que es parte del camino.
Ha sido difícil y me han roto el corazón un millón de veces, porque uno empieza con toda la disposición y ganas pero hay personas que saben cómo aprovecharse de eso. No creas que todo ha sido malo, creo que todo ha traído cosas maravillosas, porque así como hubo piedras en el camino también he sido bendecida y me he topado con ángeles que me han ayudado a salir adelante, que han creído en mí y que me han impulsado a seguir avanzando.
Hoy quiero agradecerles, en especial a mis colaboradores que son como una segunda familia, ya que han estado al pie de cañón en buenas y malas, me han dado una palmada o abrazo en el momento que más lo he necesitado. También agradezco a mi familia y amigos, porque a pesar de todo el caos me han seguido ayudando en cualquier circunstancia que se me ha presentado.
Hoy siento el corazón lleno de alegría al ver todo lo que ha pasado para llegar hoy a cumplir 5 años. 5 años de haber soñado con esto, de haber dicho en donde me vería y haberlo logrado, y hoy que llego me doy cuenta que apenas es el inicio, porque aún me queda mucho más por avanzar, construir y aportar. Continuar creciendo como persona, profesionista y como directora.
Quiero cerrar esta nota diciéndote que no te rindas ante la adversidad, lucha por tus sueños porque siempre habrá obstáculos pero te prometo que todo pasa y todo llega cuando es su momento, así que no desistas, estoy segura que te esperan cosas increíbles, yo sé que harás que suceda. Recuerda que el fracaso es parte del camino, que el sol sale cada mañana y que Dios siempre bendice a las personas que hacen las cosas de buena fe.
Paola Rodríguez
Dirección General